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martes, 19 de marzo de 2013

Vietnam: Ho Chi Minh City y Delta del Mekong





Llegamos a Ho Chi Minh a media mañana después de un vuelo de casi dos horas (creo que esa última semana estuve más tiempo en el aire que en tierra firme). El avión estaba lleno de vietnamitas ruidosos, así que no pudimos descansar mucho. En un momento cerramos los ojos pero nos despertó el flash de una cámara de fotos. Un vietnamita se había parado para sacarnos una foto a nosotros tres. Evidentemente para ellos también somos una realidad digna de fotografiar. Los niños nos saludan por la calle, nos miran con caras de extrañeza, es muy gracioso. 

Ho Chi Minh, o Saigón como le gusta llamarla a la gente de acá (que es el nombre anterior a la victoria del comunismo en Vietnam, cuando Saigón era la capital de Vietnam del sur), es una ciudad totalmente occidentalizada y cosmopolita. 


Es muy diferente a Hanoi. Para mi gusto le falta el encanto de la rareza que tiene el norte. También se nota mucho la diferencia de las ciudades en relación a su historia política: Hanoi emana comunismo por todos lados, en cambio Ho Chi Minh es sumamente capitalista, con oferta de negocios, shoppings, Louis Vouitton, Starbucks y Burger King. De hecho me sorprendí cuando un nene nos vino a pedir plata, cosa que en Hanoi no habíamos visto. 

Además la gente se viste diferente, con brillos y cosas ridículas que si se lo viéramos a alguien en Buenos Aires lo mandaríamos al loquero. Un outfit a la moda en los parámetros vietnamitas sería: Sandalias de 10 cm de taco rojas con moños amarillos, y como son sandalias, van con medias (si si, acá se usa sandalias con medias). Eso se puede acompañar de un pantalón pescador de flores verdes, y una remera de Kitty. Para rematarla, un saco de lana (con los 45 grados de temperatura que hace acá), guantes, y barbijo de tela con algún estampado estrambótico. Ah, y el casco de la moto. Obvio que ellos deben pensar exactamente lo mismo de nosotros, por algo nos sacan fotos.

Nuestro hotel está ubicado en el centro, en una zona con mucha movida de turismo (acá también se ven muchísimos turistas, no tanto como en Bangkok, pero muchísimos más que en Hanoi). Cerca del mediodía nos instalamos, y salimos a recorrer la ciudad. Primero fuimos al Palacio de la Reunificación, que es el antiguo palacio de gobierno. Muy setentoso. 

De ahí fuimos al Museo de la Guerra. Sinceramente me conmovió mucho ese museo. Si bien he leído sobre la guerra de Vietnam, ver en el propio país lo que fue esa masacre, y el sufrimiento de ese pueblo es muy duro. Y el museo muestra la realidad de la manera más cruda, con fotos y testimonios que te hacen llorar. Salí de ahí muy conmovida. Una de las cosas que más me llamó la atención es que en muchas fotos de la guerra, los vietnamitas aparecen sonriendo. Y eso es algo que ya había observado en la gente de acá, siempre están con una sonrisa, si los mirás te devuelven también una sonrisa. Es terrible lo que tuvieron que sufrir.

Del museo nos fuimos caminando para la parte más céntrica y exclusiva, como si fuera nuestra Recoleta. El barrio estaba lleno de gente por los festejos de año nuevo. Miles, y miles de vietnamitas caminando por las calles y veredas, todos emperifollados  y en familia o en grupos de amigos. No puedo describir la cantidad de gente que había. Realmente son muchos los orientales! Y a eso se le sumaron las nunca tan bien ponderadas motitos. Si en Hanoi era una odisea cruzar la calle, acá se tornó directamente imposible. Millones de motos con tres o cuatro personas arriba, a toda velocidad, por todas las calles, una moto al lado de la otra, sin ni siquiera un espacio para asomar un pie a la calle. Terribles embotellamientos de motos en todas las esquinas. Algo indescriptible con palabras. Motos hasta en las veredas. Realmente nunca vi, ni me imaginé que algo así pudiera existir. Y encima los locales nos comentaban que la ciudad estaba tranquila por el feriado de año nuevo, que normalmente hay más movimiento. No me entra en la cabeza! 

Después de la caminata y unas cervecitas en el medio, nos volvimos al hotel totalmente estresados de tener que cruzar la calle.

Al día siguiente hicimos una excursión a Cu Chi, donde están los famosos túneles que utilizaba el Viet Cong para esconderse del ejército Americano. Fue una excursión muy interesante. Estaba repleto de turistas, pero bueno, nosotros también somos turistas así que nos la tenemos que aguantar. 

Después de la excursión nos volvimos para el lado del hotel. Como acá año nuevo se festeja durante varios días y la ciudad no tiene el movimiento habitual, la mayoría de los comercios y mercados están cerrados. Igual volvería a elegir pasar el año nuevo acá, creo que fue una de las cosas que más disfruté de mi paso por este país.

La comunicación se torna bastante dificultosa en Vietnam, aunque eso no deja de ser gracioso en algún punto. No son muchos los que hablan inglés, y con los que lo hacen a veces también es  muy difícil comunicarse. Creo que de ahora en más nadie me va a poder ganar en el “dígalo con mímica”. Una cosa muy graciosa que nos pasó es que uno de los recepcionistas del hotel no hablaba ni una palabra de inglés, entonces cada vez que había que pedirle algo, ofrecía amablemente la silla de su escritorio, abría el google translator en la PC, y se empezaba una especie de chat con él. Muy divertido, sobre todo cuando el google traducía cualquier cosa!

Es llamativa la habilidad que tiene esta gente para hacer todo arriba de una moto, más allá de la habilidad para manejar con cualquier cosa arriba (cuatro personas, un chancho, una escalera de 2 metros, un árbol… hasta vimos uno que iba leyendo). Incluso hay puestos de comida con cocina y garrafa (que se utilizan y trasladan arriba de la moto). De hecho hasta duermen siestas acostados sobre sus motitos.




Nos despedimos de Ho Chi Minh y nos dirigimos en excursión al delta del Mekong. Paseamos en barco por el delta, conocimos algunas localidades, una fábrica de productos elaborados con arroz, e hicimos un paseo en bote con los aldeanos. Muy bonito todo. El delta, o por lo menos lo que uno observa desde el bote, es una zona muy precaria, y contradictoriamente una de las principales fuentes de producción del país. Pero la gente siempre está sonriendo, obvio.

Después del recorrido nos fuimos para otra localidad, Chau Doc, a pasar la noche.

En la parte sur de Vietnam hace mucho calor. Mucho. Ahora entiendo al personaje de “El último encuentro” cuando hablaba del calor del trópico… De a ratos se hace insoportable. Pero los vietnamitas con sus hermosas sonrisas hacen que todo se sienta bien. La verdad que si hay algo que me llevo de este país es su gente. Para que se den una idea, la última noche que estuvimos en Hanoi fuimos a cenar por segunda vez al mismo lugar. Y cuando nos fuimos, el mozo que nos había atendido maravillosamente, nos preguntó si podía darnos un abrazo. Sin palabras.



Recomendaciones

  • Nhat Thao Guesthouse en Ho Chi Minh. Dirección: 35 Bui Vien. Buscarlo en booking.com. Es un hotel muy lindo, con una ubicación excelente. El personal es muy amable y sirven desayuno. Tiene heladera y aire acondicionado.
  • Kim Travel. http://www.kimtravel.com. Contratamos con ellos el viaje al Delta del Mekong con destino final Phnom Penh (Camboya). Estuvo bien. Los viajes terminaron siendo un poco más largos de lo que nos decían, pero parece que eso es normal.
  • En general, en los hoteles de Vietnam te piden el pasaporte. Algunos aceptan fotocopias (así que recomiendo llevar), y otros no. No hay opción, hay que dejárselos hasta que finaliza la estadía.
  • Hay una advertencia generalizada sobre la posibilidad de arrebatos (cámaras, carteras) en Ho Chi Minh, así que hay que andar con cuidado.
  • Las visitas obligatorias son al Museo de la Guerra y a Cu Chi. Tener en cuenta que los museos en general cierran temprano por la tarde (alrededor de las 16 hs.). Y por más que uno ya esté adentro, te apagan la luz.
  • Otra vez, disfrutar de la gastronomía (spring rolls, noodles y arroz en todas sus variedades, pho, entre otras cosas).


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