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sábado, 6 de julio de 2013

Algunos tips a la hora de armar un viaje




Soy de las que piensan que viajar no es sólo cuestión de tiempo y dinero. Si bien ambas variables son indispensables, también es cierto que se a veces con poco, se puede hacer mucho. Y eso, ante todo, es un tema organizativo.



Para aprovechar de la mejor manera el tiempo y el dinero del que uno dispone, hay que pensar, en primer lugar, que planificar un viaje no es un tema de un minuto para el otro, ni siquiera de un mes para otro. Cuando los recursos son escasos, lo central es pensar y planificar con mucho tiempo, yo recomiendo como mínimo 6 meses. Si se quiere más mejor. De esa manera se pueden conseguir buenas tarifas de aéreos, alojamientos, traslados internos, entre otras cosas, y comenzar a pagar con tiempo. Siempre es bueno también, tener alguna tarjeta amiga que nos de la chance de poder pagar en cuotas.

De más está decir que hay que dedicar tiempo y tener ganas de planificar, pensar, buscar precios, y todo lo que implica la organización de un viaje. Tiene que ser un disfrute. A mi me encanta. Yo empiezo a viajar desde que decido el destino.

Para agrupar aquellas cosas que deben tenerse en cuenta para la organización de un viaje pensé una regla mnemotécnica, y se me ocurrió utilizar tres letras a las cuales a su vez le corresponden tres palabras:

P: pasaporte, pasajes, plata

I: información, itinerario, idiomas

V: vacunas, visados, valija


(Otra reglita: para acordarse de las letras se puede pensar en la palabra VIP. Y quien dice, tal vez si la repetimos varias veces, tenemos suerte y nos pasan a primera clase!).

Las tres P

Es importante, fundamental, no excluyente, asegurarse de tener el pasaporte en condiciones para viajar. Hay algunos países, por ejemplo en Europa, que exigen que el pasaporte tenga una validez mayor a seis meses al momento de arribar a ese destino.

En cuanto a los pasajes, una vez que se consiguió una buena tarifa (ya sea por cuenta de uno o a través de alguna agencia amiga), es importante chequear que estos estén correctamente emitidos a través del sitio web de la aerolínea. Por más que actualmente se utilice el sistema de boleto electrónico, es recomendable llevarlo impreso, y chequear las veces que sea necesario (para obsesivos como yo) las fechas y horarios de salida de los vuelos. También, para aquellos que quieran agilizar los trámites en el aeropuerto y asegurarse una buena ubicación en la aeronave, hacer el web check in y por supuesto imprimirlo también.

Por último, en cuanto a la plata, tratar de llevar efectivo en la moneda correspondiente al lugar de destino. Siempre es conveniente tener algo de cambio chico a mano, para cuando uno recién llega y tiene que pagar algún traslado, o alguna compra. Si la moneda del destino al cual se viaja no se consigue en el país de origen, llevar una moneda de uso internacional y cambiar algo en el aeropuerto de arribo. Conviene tener claro el tipo de cambio, para evitar ser estafado o no estar dos horas frente a la ventanilla de haciendo cuentas. Para los más tecnológicos, muchos celulares tienen funciones que nos facilitan esas cosas.

Las tres I

El aprovechamiento al máximo del tiempo va a depender de la información con la que uno cuente y del itinerario que uno arme. El segundo es consecuencia de la primera. Excepto que uno decida pasar sus vacaciones en una playa, acostado en la misma reposera, para cualquier otra situación es conveniente ir informado.

La información práctica no sólo incluye las atracciones turísticas y actividades para hacer en un determinado lugar, sino también las posibilidades que existen para manejarse de manera independiente, y poder también de esa manera economizar gastos y optimizar el tiempo. En la actualidad se cuenta con miles de fuentes de información: desde las guías para viajeros como la Lonely Planet (esta es la que yo recomiendo, se consigue en muchas librerías), hasta los foros de viajeros (www.lonelyplanet.com, www.viajeros.com), o diversos blogs. Información hay por todos lados y al alcance de la mano. Sólo es cuestión de sentarse en una computadora y navegar. Las embajadas, o casas de provincia, en algunos casos también proveen información turística que puede ser útil.

Por otro lado, más allá de la información práctica, estoy convencida que el conocimiento de la historia de los lugares que uno visita va a influir positivamente en la riqueza del viaje. Y esa información no va en detrimento del factor sorpresa. Nada más alejado. Conocer la historia de los lugares lo conecta a uno con cuestiones más profundas, y contribuye positivamente a la vinculación con la gente del lugar. Si uno no va con algún back up, o sabe sólo lo superficial del lugar que va a visitar, se pierde de entender muchísimas cosas de la cotidianeidad, de la gente, de los comportamientos, de las costumbres. Desconocer que pasó en ese lugar, cual es su historia, cuales fueron sus sufrimientos y alegrías, obstruye la posibilidad de la empatía y la comprensión. Y muchas veces, en ciertos destinos, eso es parte fundamental de la vivencia del viaje.

En cuanto al itinerario, uno puede armarlo para un recorrido amplio, que puede abarcar varias ciudades o países, o hacerlo para una misma ciudad con el fin de aprovechar mejor el tiempo de estadía. Para el primer caso, conviene estudiar que posibles transportes conectan las ciudades que uno quiere visitar, y que tramos conviene hacer de día o de noche. Esto no quiere decir que se tengan que sacar todos los pasajes con anticipación, porque sino se perdería mucha flexibilidad, pero sí tener conocimiento de las posibilidades y tener alguna idea armada de la ruta. A veces, cuando se tiene poco tiempo en una ciudad, la ruta aérea que siempre es más rápida, para tramos de pocas horas puede ser un obstáculo, porque los aeropuertos en la mayoría de los casos necesitan de tiempo extra hasta que uno efectivamente llega a instalarse en el destino, con lo cual se puede perder casi un día. Y en una corta estadía, significa mucho. Siempre que uno va a realizar un vuelo, tiene que pensar en sumar como mínimo 4 horas más al tiempo efectivo de viaje. Hay varios sitios de Internet que brindan información sobre transporte, como ser www.seat61.com (este sitio es muy recomendable ya que brinda información de todos los medios de transporte a nivel mundial), www.skyscanner.net, www.es.lastminute.com, www.despegar.com, o bien las aerolíneas y empresas de buses y trenes de cada destino particular.

En el caso de los recorridos en las ciudades, recomiendo tener una imagen mental del mapa de la ciudad, saber donde se encuentran las atracciones por las que se debería por lo menos pasar, y ubicar otros lugares que queden cerca de esos puntos principales, para armar pequeños recorridos. Aquí también es importante saber los días y horarios en que dichas atracciones funcionan. Si uno es muy organizado, ya se puede ir con algún mapa marcado (las guías de viajeros suelen venir con mapas incluidos).

Para información acerca de alojamientos recomiendo utilizar www.booking.com (donde se pueden leer comentarios y buscar el alojamiento que más se adecue a las necesidades y posibilidades de cada uno, y además reservar en muchos casos sin costo alguno por la reserva y/o su cancelación). También existen otros sitios de información y reservas más enfocados a los alojamientos más económicos como ser www.hostelbookers.com y www.hostelworld.com.

Por último el idioma. No pienso que uno tenga que saber hablar y entender el idioma del lugar al que va a viajar, pero sí saber con lo que se va a encontrar para no entrar en pánico. Además, es importante llevar algunas palabras o direcciones anotadas en caso de necesitar alguna ayuda (por ejemplo, si uno es alérgico a alguna comida, se puede llevar esa apalabra anotada para no correr ningún riesgo a la hora de comer algo).

Las tres V

Muchos países requieren visas para el ingreso a los mismos. Esta información se puede conseguir en las embajadas y consulados, o bien en los foros de viajeros (aunque para asegurarse que esté actualizada, recomiendo la primera opción. Tal vez los foros ayudan con algunos tips que siempre es conveniente tener en cuenta, por lo cual no está de más leerlos). Algunas visas se pueden tramitar en el país de residencia de uno, y otras se tramitan en los puestos fronterizos de los países que se visitan. En el segundo caso es importante conocer bien que documentación va a ser necesaria para dicho trámite (formularios, fotos, etc.), y el costo monetario del mismo, como así también la moneda en la que se debe abonar. En muchos países los puestos fronterizos son una oportunidad única para la estafa al turista, por eso es importante ir bien informado.

Respecto de las vacunas, hay que saber siexiste alguna exigencia para el ingreso al país de destino, como así también si hay alguna recomendación para evitar el contagio de alguna enfermedad endémica de ese lugar. Los centros de medicina del viajero brindan toda esa información. Si uno cuenta con alguna prepaga puede utilizarla para tal fin. Dentro de los centros privados, Stamboulian es el más conocido en la materia. Y en el ámbito público, el Hopsital Muñiz de la Ciudad de Buenos Aires cuenta con un excelente servicio de medicina del viajero (Uspallata 2272 - CABA. Teléfono: 011 43042386). En dichos centros, también se puede solicitar asesoramiento para el armado del botiquín. Siguiendo con la cuestión sanitaria, nunca está de más contratar un seguro médico. Algunos destinos lo exigen (como ser Europa). Para aquellos que cuenten con tarjetas de crédito Gold o Platinum, muchas veces dicha asistencia es sin costo (sólo hay que averiguar cual es la cobertura en destino). Y para los que no, los seguros médicos no implican un gasto imposible de afrontar.

Por último, la valija. Me es difícil escribir al respecto porque hasta el día de hoy no aprendí a medirme, no con lo que llevo, sino con lo que traigo de vuelta. Pero bueno... Es fundamental conocer las temperaturas y condiciones ambientales con las que uno se va a encontrar para saber que prendas llevar. También las cuestiones culturales inciden en la vestimenta que uno elija (por ejemplo, en países con una incidencia muy fuerte de la religión se recomienda vestir con recato). El armado de la valija es muy personal, pero si algo tengo que recomendar es que siempre es conveniente viajar liviano. Es mejor llevar de menos que llevar de más. Y si uno sabe que en el destino va a tener la posibilidad de realizar alguna compra, llevar menos aún (este sigue siendo mi talón de Aquiles). En cuanto a los transportes, sobre todo el aéreo, es muy importante asesorarse sobre el pesaje permitido y la cantidad de bultos (tanto lo que se despacha, como lo que se lleva en la cabina), para evitar pagar exceso de equipaje, o hacer papelones en los aeropuertos. Con ingresar el número de boleto en los sitios web de las empresas, se cuenta con esta información.