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lunes, 14 de diciembre de 2015

Escandinavia Parte III



Reencontrarme con Copenhague fue aliviador. Además me recibió con sol. Copenhague es una ciudad hermosa y llena de vida.

Antes de viajar, y por esas casualidades que tiene la vida, conocí a Laura, una argentina que vivió muchos años en Copenhague y que actualmente se dedica al turismo receptivo en mi país, mayormente de turistas escandinavos. A través de ella me contacté con Celeste, una chilena que vive hace muchos años en Copenhague, y que, también casualmente, tiene una academia de tango. Para sentirme como en casa.

Así que de la estación de trenes me fui a lo de Celeste, quien me hospedó en esa maravillosa ciudad. Celeste es una mujer encantadora, no tengo más que palabras de agradecimiento. En los pocos días que compartimos juntas hicimos una linda amistad y aprendí mucho de ella. Además, nos une la pasión por el tango, que no es poco.

Por la mañana salimos a recorrer un poco la ciudad en auto y visitamos la tan famosa como pequeña estatua de La Sirenita, inspirada en el cuento de Hans Christian Andersen que lleva ese nombre. Luego pasamos por los jardines reales, hasta llegar al Palacio Real y la Iglesia de Mármol, a la cual en esta oportunidad pude entrar. También visitamos la Carlsberg Vej, que es una puerta de entrada a la vieja fábrica de la cerveza Carlsberg, que tiene la particularidad de tener dos estatuas de elefante de un tamaño considerable.

Por la tarde visité el famoso barrio de Christiania. Este barrio es "auto gobernado" por sus residentes, como forma de protesta frente al estado danés, la Unión Europea y demás. El predio que actualmente ocupa el barrio era terreno militar, y en 1971 fue tomado por un grupo de padres que querían un espacio libre para que sus hijos jugasen. A raíz de esa iniciativa comenzó todo un movimiento político cultural, que finalizó con la toma y ocupación de ese espacio. Actualmente el barrio se caracteriza por ser un barrio "libre" y gobernado comunalmente, y esa libertad implica también el consumo y comercialización de drogas blandas (lo cual está tratando de ser erradicado. Días antes de regresar a Copenhague, había leido que hubo un importante operativo policial en Christiania a raíz de la venta de drogas).

Christania actualmente es un barrio cerrado en la ciudad que ocupa varias manzanas, y donde se pueden consumir cualquier tipo de sustancias ilegales. El barrio es desprolijo, con casas precarias o venidas a menos, llenas de pintadas, grafittis y colores. Algunas son bares, otras espacios culturales, y otras simplemente viviendas. Es un barrio muy hippie, que conserva mucho del flower power, excepto por la mayoría de la gente que circula por el mismo, que nada tiene que ver con el hippismo. Dentro del barrio no están permitidas las fotos. Christiania cuenta con algunos espacios verdes, tan poco o menos cuidados que las construcciones. No sé si fue por ser sábado, pero el lugar estaba repleto de gente, muchos turistas, pero también muchos locales, sobre todo jóvenes. Y, de más está decirlo, todos y cada uno de ellos llevaba una botella de alguna bebida alcohólica en la mano (o dos, o tres). También había mucha gente fumando marihuana y otras sustancias.

En un momento me llamó la atención que había mucha gente parada alrededor de un puesto que estaba cubierto con una especie de cortina de papel, que permitía ver muy poco el otro lado. Me quedé esperando con ellos, pensando ingenuamente en que tal vez se presentaría algún espectáculo de títeres (si, eso pensé, en serio). Después, como no pasaba nada, me di media vuelta y vi que había muchos más puestos como ese con mucha gente esperando y haciendo fila, como para comprar pan caliente. Agudizando un poco la mirada, pude ver que detrás de la cortina de papel había una o más personas con capuchas, lentes, y demás objetos que impedían ver sus rostros, armando bolsitas y paquetitos. Y acto seguido vi que en cada puesto había carteles como "God's hachis", "Best Joint", "Hell's cake", y similares. Ahí me di cuenta que las decenas de personas no estaban esperando ninguna función de títeres, ni tampoco el pan caliente.



El domingo Celeste me llevó a Louisiana, un pueblo a unos 40 km de Copenhague, donde se encuentra unos de los Museos de Arte Contemporáneo más importantes de mundo. El Museo tiene una colección muy linda, y además se destaca por sus exhibiciones temporarias como ser, en aquel momento, la de Yayoi Kusama (muy en boga por estos tiempos), y una exposición de África que me resultó muy interesante. Además, el museo está ubicado frente a un mar calmo y transparente, lo que hace que el paisaje también sea parte de las obras de arte que se exponen. El camino entre Copenhague y Louisiana también es altamente disfrutable. Ya de regreso, me fui a pasear por el reflotado barrio de Vestebro. Este barrio solía ser de los más feuchos de la ciudad, según leí, y actualmente está lleno de bares y lugares para comer. Supongo que debe ser una suerte de Abasto danés. Muy bonito el nuevo Vestebro.

Copenhague es una ciudad que se puede recorrer caminando. Y de hecho creo que es la forma más linda de conocerla, porque cada calle tiene su encanto. Si bien las distancias entre sus principales atracciones son relativamente cortas, la ciudad invita a caminar más allá de llegar al lugar que se busca. También es una ciudad llena de espacios verdes. En otra de mis caminatas visité el Palacio Rosenborg y sus jardines, y el botánico, que queda justo enfrente. Los parques están hermosamente cuidados, y si  el día está lindo se puede ir a descansar un rato, tomar una cerveza o hacer un pic-nic. 

Otra de las lindas experiencias en esta ciudad fue ir a la milonga que organiza Celeste los días lunes en la Casa Latinoamericana. La pasamos súper bien, bailamos un montón y tuvimos una hermosa noche tanguera. La mayoría de la gente que estaba en la milonga eran daneses, lo cual me resultó agradable. En Noruega los espacios "extranjeros" en general no son frecuentados por noruegos, lo cual da una sensación de exclusión, de refugio. En Dinamarca por lo que pude ver, los espacios son más compartidos, por lo que me impresiona más multicultural, más abierta e inclusiva. Los daneses en general son relajados y amables, y hacen que uno se sienta cómodo. 

Y Copenhague es de esas ciudades donde uno se deja cosas pendientes a propósito, para tener una excusa para volver.  


Recomendaciones:
  • En Copenhague la mayoría de los museos cierran los lunes.
  • Museo de Arte Contemporáneo de Louisiana. Dirección: Gl Strandvej 13, 3050 Humlebæk. Entrada 115 coronas danesas. Es un museo muy lindo y su ubicación es privilegiada. La cafetería ubicada en el museo es muy bonita. Recomiendo probar el frokost (es una especie de bruschetta danesa).
  • Para bailar tango en Copenhague: Milonga en la Casa Latinoamericana (días lunes). Además ofrecen otras actividades culturales. Dirección: Høffdingsvej 10, 2500 Valby.
  • Laura Ratto (antropóloga que se dedica al turismo receptivo en argentina). www.buenosairespadansk.com / https://www.facebook.com/buenosairespadansk
 
 
 

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