Páginas

jueves, 6 de febrero de 2014

Jamaica Jammin'!

Luego de un día en Miami donde no paró de llover, y después de una hora y media de vuelo, llegamos a Montego Bay, el lugar turístico por excelencia en Jamaica. Ubicado en la costa noroeste de la isla, ya desde el avión uno puede apreciar un mar verde turquesa, que baña las playas de arena blanca de esta famosa isla del Caribe. Jamaica es un destino dificil para viajar desde Argentina, pero un destino fácil y económico al cual acceder desde Miami, con lo cual aprovechamos la escala que teníamos al volver de Nueva York, y fuimos a paliar un poco el frío a las costas caribeñas de esta pequeña y bella isla.

Apenas llegamos nos dimos cuenta que la comunicación, por más que el idioma oficial es el inglés, no iba a ser tan fácil. Los jamaiquinos hablan un dialecto, el creole jamaiquino o patois (patuá), que es una especie de inglés cortado, abreviado, con síntesis de palabras unidas entre sí. Realmente cuesta entenderles y hacerse entender si no utilizan el inglés convencional. Al llegar estuvimos un rato en el aeropuerto hasta arreglar un taxi para que nos llevara a nuestro destino (30 USD el taxi oficial por 10/15 minutos de viaje. Tal vez es conveniente salir del aeropuerto y ver que se puede arreglar en la calle), y nos fuimos al hotel que habíamos reservado por Booking.com, Syrynity Palace. Si bien el hotel está alejado del centro de Montego, o Mobay como le dicen los locales, es muy bonito. Está ubicado frente al mar, con una pequeña playa privada, las habitaciones son amplias y lindas, tiene pileta y ofrecen desayuno (si bien lo sirven en otro hotel de los mismo dueños, Wexford Hotel, ubicado en el centro, te llevan de manera gratuita). También el personal fue muy amable, lo que hizo que enseguida nos sintiéramos a gusto. Y, por los precios que se manejan en Mobay, fue de lo más económico que conseguimos dentro de los estándares que buscábamos (75 USD para dos personas por noche).

Después de instalarnos fuimos al supermercado a comprar algunas cosas. Los precios en general son mucho más razonables que en Estados Unidos. Acá uno puede dejar de fijarse tanto y comprar no sólo para subsistir. El supermercado tenía una gran variedad de productos envasados y especias, y no tantos productos frescos. La variedad gastronómica en la isla es bastante limitada, y en los circuitos menos turísticos es difícil poder correrse de los hábitos alimenticios más locales. Volvimos al hotel con algunas provisiones a disfrutar del atardecer (en Enero empieza a oscurecer a las seis de la tarde).

Para moverse en Jamaica, cuando no puede ser a pie por la distancia, existe un sistema de taxis públicos (compartidos) que uno puede parar en cualquier lugar (o bien el taxi para y pregunta si se quiere transporte como sucede casi constantemente), y por dos dólares se puede viajar. Si las distancias son largas, se puede conversar el precio para arreglar una tarifa que deje a todos conformes. También se pueden tomar buses por un dólar, pero por lo que vimos es menos habitual.

El día siguiente fue de playa y caminata por el centro de Mobay, luego de un desayuno con ingredientes de almuerzo (en Jamaica se desayuna muy fuerte, nada de pan con manteca y mermelada. Hay carnes guisadas, vegetales, y comidas calientes en su mayoría). De la playa que puedo decir... Es el paraíso. Mar celeste, arena blanca, montañas y selva de fondo. Una belleza. En contraste con eso, el centro de la ciudad deja ver un poco de la pobreza del país. Las construcciones son viejas y poco mantenidas, la ciudad está muy poco cuidada en cuanto a su estética y limpieza, y hay puestos de venta de casi cualquier cosa por todos lados. Es la imagen de la ciudad centroamericana que tengo en la mente, por las otras ciudades que he conocido por estos lares. Mucha gente, mucho ruido, mucha desprolijidad. Lindo para conocer, pero dan ganas de volver rápido a la paz de la playa.





Por la noche hicimos la excursión a la Luminous Lagoon. Es una de las excursiones más famosas de la isla, y conviene hacerla desde Montego Bay por la cercanía (45 minutos de viaje aproximadamente). En la laguna luminosa existen microorganismos que se encienden con el movimiento por lo que, cuando se empieza a nadar, uno se ilumina. Los brazos y piernas comienzan a encenderse de un color verdoso fluorescente. Es una experiencia muy distinta y vale la pena hacerla. La excursión se hace por la noche. Nosotros la contratamos en una agencia al mejor precio que conseguimos (55 USD en un local un tanto escondido al lado del Wexford Hotel, 39 Gloucester Av.). Por lo que vimos, los hoteles más concurridos (no fue nuestro caso) ofrecen tours grupales para hacer la excursión. 

Un tip para el turista confiado es que en Jamaica existe un "cuento del tío". Cada tanto algún jamaiquino te para y dice que te conoce de algún lugar, que es el mozo de tu hotel, o el cocinero del restaurante donde cenaste, etc. Luego te pregunta por el destino al cual te estas dirigiendo, y te dice que está cerrado o alguna excusa para que uno no vaya, invitándote a otro lugar (por ejemplo un bar), en el que seguramente tendrán algún arreglo. En pocas horas se nos acercaron tres jamaiquinos diferentes con el cuento. Y a lo largo del viaje, algunos más.

El día siguiente hicimos un poco de playa por la mañana y al mediodía partimos para la ciudad de Ocho Ríos, u Ochie, para los jamaiquinos (pasaje a Ocho Ríos 16 USD por Knutsford Express). El viaje dura alrededor de dos horas, el servicio de los micros es muy bueno y es la opción económica. En general las distancias en Jamaica no son largas, la isla es muy pequeña. Si se quiere recorrer en auto hay que tener en cuenta que en Jamaica conducen con el sistema inglés (el volante se encuentra a la derecha), con lo cual hay que estar un poco entrenado, o bien conducir con mucha calma.

La geografía de Jamaica es bellísima. La ruta que nos condujo de Montego Bay a Ocho Ríos va bordeando un Mar Caribe celeste que contrasta con la espesa vegetación. Un paisaje digno de disfrutar. Por otro lado es un país montañoso, lo que a mi gusto lo hace aún más lindo.

El hotel de Ocho Ríos, Ocean Sands (55 USD por noche la habitación doble) era bastante sencillo, pero muy bien ubicado, en el centro de la ciudad y a sólo 1 km de la estación de micros, lo que hace que uno pueda moverse caminando a casi todos lados. (Después nos enteramos que estábamos en la "zona roja" de Ochie, pero a decir verdad no hubo nada que nos llamara mucho la atención, más allá de algunos bares un tanto extraños y poco iluminados). Apenas llegamos recorrimos la ciudad, que es muy turística, llena de negocios de souvenirs, ferias y locales de comida. Sin embargo y a pesar de todo lo turístico que uno observa, al igual que en Mobay, me dio la sensación que la ciudad tiene una vida y un movimiento independiente del turismo. Y también, si uno se aleja unos metros de la zona más turística, puede otra vez apreciar la precariedad y desprolijidad que contrasta con los paisajes paradisíacos. De todas maneras es interesante caminar las ciudades, y observar esas contradicciones. Por otro lado, debo decir que si bien uno está advertido de andar con cuidado, no nos sentimos inseguros.

La idea de visitar Ocho Ríos, más allá de que es un lugar recomendado por sus playas y uno de los centros turísticos importantes del país, era hacer dos excursiones: las Dunn's River Falls por un lado, y Nine Mile, el mausoleo de Bob Marley, por el otro. Las excursiones en Jamaica en general son muy costosas, comparado con el resto de las cosas y con el presupuesto que uno maneja (por ejemplo, hacer las dos excursiones juntas nos salía alrededor de 150 dólares por persona, y sólo se paga en efectivo). La realidad es que cuando se ven las distancias y los tiempos de cada excursión, uno se da cuenta que los precios ofrecidos no son para nada razonables. Y, paradójicamente, en un centro turístico tan importante como Ocho Ríos es imposible encontrar agencias de turismo para comparar opciones. Ya habíamos observado eso en Montego Bay, pero en Ocho Ríos resultó más notorio. De hecho intentamos buscar una agencia que habíamos visto en internet, pero no existía (lo que advierte que hay que tener cuidado en los sitios en los cuales uno pone su tarjeta de crédito). Creo que aquí los tours los manejan los hoteles con lo cual, sí uno no se aloja en un hotel importante o no viaja en grupo, las excursiones resultan más costosas porque terminan siendo privadas.

Por la noche cenamos en un restaurante justo al lado de nuestro hotel ("Jack Sparroz". Si. Sparroz) frente al mar. Los platos estaban muy buenos, eran abundantes, y el precio estaba bien. Ni que hablar de la vista. La comida en Jamaica es picante, por lo tanto hay que aclarar que se quiere "no hot", si no se gusta. Y aunque uno pregunte y le digan que no es picante, por lo general lo sigue siendo, por lo menos para mi paladar.

En Ocho Ríos comienzan a verse muchos rastafaris, cosa que en Mobay no sucedía. También la geografía es diferente, mucho más selvática y con la vegetación más espesa. Para mi gusto el paisaje es más bonito que en Mobay.

Los jamaiquinos son muy simpáticos. Constantemente te saludan por la calle, te hacen chocar puños al grito de "respect" o "no problem", y te preguntan como la estás pasando o te desean un buen viaje. Algunos lo hacen desinteresadamente y otros no. Los que no, si bien son simpáticos, a veces llegan a agobiar, sobre todo cuando en cinco minutos de paseo te paran cinco veces. Son muchos los jamaiquinos que buscan venderle algo al turista, o bien llevarlo a algún lugar o invitarlo a ver artesanías. También es impresionante la cantidad de veces que a uno le ofrecen marihuana en la calle, siendo ilegal el consumo de la misma. Todos los que te detienen para hablarte terminan ofreciéndote "a smoke". A veces cuesta caminar tranquilo por una feria, o por la calle. Pero bueno, uno tiene que entender que es un país pobre y que esa es una estrategia de supervivencia, por lo tanto creo que hay que tratar de ser amable y comprensivo, aunque a veces resulte difícil.

Como las excursiones que teníamos en mente nos resultaron bastante por fuera de nuestro presupuesto, pero no queríamos dejar de hacer al menos una, nos ingeniamos para visitar las Dunn's River Falls (cascadas), resignando el mausoleo de Bob Marley (que aunque me hubiese gustado ir, me parecía un despropósito el precio que querían cobrarnos por ello). Luego de averiguar sobre los tours a las cascadas, decidimos hacerlas por nuestra cuenta, y creo que fue una elección acertada. Tomamos un taxi que nos costó 5 USD. Luego la entrada al parque, que sí o sí hay que pagar (20 USD), más alguna propina a un guía y el locker (10 USD más). La vuelta la hicimos caminado (son 5 km al centro de la ciudad y el camino es muy bonito). Hacer las cascadas por nuestra cuenta nos permitió quedarnos en el parque el tiempo que quisiéramos, lo cual estuvo muy bueno, y en un tour no hubiese sido posible.





Conocer las Dunn's River Falls vale la pena. Es un parque muy bien armado, donde se pueden escalar las cascadas (30 metros aproximadamente) y disfrutar de la playa caribeña en la desembocadura de las mismas. La caminata por las cascadas es recomendable hacerla con guía (que sólo pide una propina a voluntad, nosotros le dimos 5 USD por ejemplo), y si después se quiere volver a escalarlas solo, que también es posible. El guía no sólo muestra el camino, sino que te lleva la cámara de fotos, lo cual es sumamente necesario. Para escalar las cascadas no hay que llevar nada encima (para eso están los lockers), y tener ropa para cambiarse luego porque uno se moja muchísimo. También, si uno no quiere mojarse el calzado (sólo se puede ir en zapatillas), hay unos puestos en la entrada que alquilan "water shoes". No es que uno se moja un poquito, se moja hasta el cuello, así que hay que tomar esos recaudos. Nosotros todavía estamos secando las zapatillas. Las Dunn's River Falls y su entorno son muy muy bellos, y se puede pasar ahí todo el día.

Luego de las cascadas nos fuimos a tomar unas Red Stripes a "Jack Sparroz" mirando el atardecer sobre el mar. Un lujo.

Por la noche intentamos buscar algún lugar más local para cenar, pero todo se encontraba cerrado. Suponemos que porque era domingo, y ya veníamos observando poco movimiento durante el día. Los jamaiquinos tienen un ritmo de vida muy tranquilo por lo que pudimos ver, con lo cual no sería raro que no trabajasen los domingos. Finalmente terminamos en un restaurante más bien local, no muy vistoso, donde comimos bien pero nada más que agregar.

De Ocho Ríos partimos a media mañana para Negril, lugar famoso por sus atardeceres, por sus acantilados y por sus playas. El viaje duró tres horas (nuevamente Knutsford Express, 20 USD el pasaje de Ocho Ríos a Negril). Llegamos a la tarde y nos instalamos en el hotel que habíamos reservado, Samsara Hotel, ubicado en el West End, la zona de los acantilados (taxi desde la estación de buses al West End, 5 USD). El hotel era muy bonito, pero la habitación podría haber estado mejor por lo que pagamos (150 USD, cabaña para dos personas). La idea en Negril era hacer vida de relax así que pagamos un poco bastante más y elegimos un hotel con instalaciones. Esa tarde y la mañana siguiente nos quedamos en el hotel, en la pileta, y aprovechamos los acantilados para nadar y ver el atardecer, que es realmente muy hermoso. 





La segunda tarde de Negril nos fuimos para el lado de la Norman Manley Av., y aprovechamos la playa. Negril tiene una playa preciosa, muy extensa y con el mar más turquesa y calentito que en las otras playas que visitamos. Sin embargo, para los amantes de las playas desiertas Negril no es el lugar ideal. La playa está invadida por hoteles, bares, paradores, puestos de artesanías, y de atracciones turísticas. De todas maneras se disfruta sin dudas. No paseamos por el centro de Negril, pero por lo que pudimos ver desde el taxi, no existe una zona céntrica delimitada. El lugar es pequeño y más bien dedicado a la vida de playa.

A la tarde partimos nuevamente para nuestro punto de inicio, Montego Bay (12 USD el pasaje en micro por la compañía amiga), a pasar la última noche (Hotel Caribic, muy simple pero excelente ubicación, 65 USD la habitación doble).

Me gustaría hablar un poco de la parte gastronómica, para aquellos que como yo disfrutan de este tipo de experiencias. La comida en Jamaica no es muy variada. Todo por lo general se basa en el "jerk", que es una especie de salsa que acompaña algún tipo de carne asada. Dicha salsa tiene un sabor fuerte, ahumado y avinagrado, y por lo general picante (o muy picante). Así, en casi todos los lugares encontramos jerk chicken, pork o beef. También sirven otra carne, oxtail, que es una carne roja. Las carnes que no son "jerk" por lo general viene trozadas (con hueso y todo) y guisadas. También hay muchos curris en las cartas de los restaurantes. Todo al estilo centroamericano, servido con arroz y porotos, y vegetales o papas fritas. Otro ejemplo gastronómico es el desayuno típico: ackee and saltfish. El mismo consta de un revuelto de pescado salado, morrón y ackee (que es una fruta amarilla). Eso viene acompañado con plátanos, batata y mandioca hervidos, banana yam dumpling (masas de banana y mandioca hervidas), y calalú (que es un vegetal parecido a la espinaca, que se sirve hervido con otras verduras como ser zanahoria, repollo y coliflor).

En Jamaica comen mucho, pesado y picante, y los platos en su mayoría giran en torno a los mismos ingredientes (pollo, cerdo o pescado, al estilo jerk o guisados). Sinceramente no fue mucho de mi gusto, pero valió la pena probar. En los restaurantes comunes es difícil conseguir variedad y comida más internacional. Tal vez alguna que otra pizza, hamburguesa o wrapp, pero no mucho más. 





Jamaica me resultó un lugar muy interesante de conocer. El contraste entre la belleza de su geografía y la precariedad que implica ser un país centroamericano pobre, brinda un contexto en el cual uno puede disfrutar sin olvidarse de algunas realidades. Y creo que para un viajero eso genera un aprendizaje y una experiencia mucho más enriquecedora que sí uno sólo fuera a permanecer en un hotel, mirando hacia el mar. Por otro lado, la posibilidad de interactuar con la gente del lugar, que me resultó muy amable y cálida, se da únicamente si uno está dispuesto a encontrarse con esos contrastes tan típicamente latinoamericanos (aunque en Jamaica se hable inglés).



Recomendaciones

- Hoteles. (Fijarse que por lo general, a la hora de reservar, no están incluídos unos impuestos que luego cobran).

Montego Bay:
Syrynity PalaceDirección: Reading P.O., St. James, Jamaica, West Indies. 
Caribic Hotel. Dirección: 69 Gloucester Avenue, White Sands. 

Ocho Ríos:
Ocean SandsDirección: Avenue 14, Ocho Ríos. 

Negril:
Samsara HotelSamsara. Dirección: West End Road, Negril.

- Excursiones

Luminous Lagoon (laguna luminosa). Conviene hacerla desde Montego Bay porque es el lugar más cercano. Se puede hacer en tour, o bien tomar un taxi que vaya hasta el lugar de donde salen los barcos y ahí contratar el paseo por la laguna (desconozco si la segunda opción es más económica que la primera). Se realiza cuando oscurece.

Dunn's River Falls, en Ocho Ríos. se puede hacer por cuenta propia tomando un taxi hasta las cascadas, o caminando. Si se hace en tour no se va a poder disponer del tiempo que uno quisiera en el parque, que es muy bonito para quedarse.

- Micros de larga distancia Knutsford Express. Se pueden sacar pasajes online, pero por lo general se consiguen con poca anticipación y tienen varios servicios diarios a los principales destinos.

- Si se opta por conducir, hay que tener en cuenta que en Jamaica el volante está del lado derecho (y por lo tanto las carreteras en consonancia a esta forma de conducir). Desconozco los precios para alquilar auto.

- La comida es generalmente muy picante, así que conviene preguntar antes de pedir, para no llevarse sorpresas poco gratas. Si no se quiere comer picante, las palabras mágicas son "no hot". Todo lo que diga "hot", de lo contrario va a picar.

- Los precios en Jamaica en general son razonables y hasta económicos en algunos casos y lugares. La excepción son los taxis privados y todo aquello destinado exclusivamente al turismo (desde excursiones hasta souvenirs). Para abaratar costos en materia de transporte conviene manejarse en taxis compartidos o buses, o bien alojarse cerca de las actividades y lugares que se quieren hacer y visitar. Y en lo que respecta a regalos y souvenirs, mejor comprar un Toblerone en el free shop y todos contentos.



2 comentarios:

  1. Hola Ana me gustaria saber si las excursiones las contrataste alla o las puedo hacer desde aca? que es mas barato? adicional precio promedio de comida?

    Gracias

    Saludos

    Jhazmin

    ResponderBorrar
    Respuestas
    1. Hola Jhazmin, nosotros contratamos todo allá. No nos manejamos mucho con excursiones de agencias de turismo, excepto la Luminous Lagoon, que no hay mucha opción. Por lo general las cosas se pueden hacer por cuenta propia, tomando taxis, o bien negociando con la gente del lugar. Sinceramente no sé que precios se manejan desde acá, pero me parece que estando allá tenés más flexibilidad y podés ver qué te conviene contratar o qué hacer por tu cuenta. Además siempre existe la posibilidad de regatear los precios, si las cosas las hacés allá. Saludos!

      Borrar