Luego de 3 hs de
vuelo desde el Aeroparque de la ciudad de Buenos Aires llegamos a El Calafate
(que además de ser una ciudad, es una fruta que deriva en un sabor de helado
muy rico). Esta ciudad (¿o pueblo?) pequeña y muy bonita, se ubica a orillas
del Lago Argentino, un extenso espejo de agua de un color verde esmeralda,
rodeado de montañas.
Aquí la afluencia de
turismo extranjero, sobre todo primer mundista y de alto nivel adquisitivo,
hace que el inglés sea el segundo (o en muchos casos el primer) idioma oficial.
La oferta de hoteles, de restaurantes y bares, de negocios de artesanías, y de agencias
de turismo, es enorme. Y no la hay para todos los niveles. Acá se promedia para
arriba. Los precios son altos en casi todo, y en lo que tiene que ver con
tours, no existe competitividad alguna. Hay unas pocas agencias concesionarias
de los circuitos más interesantes, o sea aquellos que tienen que ver con el
Parque Nacional Los Glaciares. Si bien se pueden conseguir alojamientos
económicos, comer, viajar y demás resulta muy caro. Para poner un estimativo,
los platos principales en casi cualquier lugar (aquellos más sencillos), no
bajan de 90 o 100 pesos en los lugares más económicos. Los precios de los
supermercados duplican a Buenos Aires en muchos productos, y si uno opta por
comprar un sándwich o una ensalada en alguna panadería, hay que pensar entre 50
y 80 pesos. La opción económica son las empanadas para llevar que están casi al
mismo precio que en Buenos Aires (12 pesos por empanada en cualquier panadería).
Pese a este detalle, donde el
cambio no nos favorece (y sí, acá se piensa en moneda extranjera), El Calafate
es un lugar digno de visitar, sobre todo porque es la puerta de entrada a la
maravilla natural del Parque Nacional Los Glaciares.
El Parque Nacional Los Glaciares
es una extensa porción de tierra, lagos, bosques, montañas y glaciares situada
en la Pcia. de Santa Cruz, limitando con Chile. Fue declarado patrimonio
mundial en el año 1981, y debe su nombre, obviamente, a la presencia de numerosos
glaciares, algunos de los cuales son fácilmente visibles desde poca altura.
Tanto los glaciares como el parque en su totalidad, son de una belleza única en
el mundo.
Desde El Calafate tomamos una
excursión previamente reservada (acá en temporada alta –verano- es conveniente reservar todo) con la empresa
Hielo y Aventura, para hacer un trekking en el glaciar. Esta empresa es la
única que ofrece caminatas sobre el glaciar Perito Moreno, y tiene dos tipos de
servicios: un trekking de una hora y media, y uno de tres horas, ambos sobre el
hielo. Las excursiones además incluyen todos los traslados (bus desde El
Calafate hasta el Parque Nacional, y una pequeña navegación hasta llegar al
refugio desde donde se inicia el trekking), como así también la visita a las
pasarelas desde donde se contempla el Perito Moreno en toda su magnitud. Son
excursiones que comienzan por la mañana y finalizan por la tarde. Nosotras con
el trekking de una hora y media estuvimos más que satisfechas. La excursión, si
bien no fue económica, valió cada centavo que pagamos.
Conocer el glaciar es una experiencia única. Aunque uno haya visto mil veces la imagen en la televisión, ver su imponencia cara a cara es maravilloso. Cuesta creer que exista algo semejante. Se pueden pasar horas mirando sus formas, sus colores, sus grietas, y esperar hipnotizado a que caiga un pedazo de hielo y genere ese estruendo tan esperado. Luego de una caminata por las pasarelas donde se aprecia el glaciar en toda su magnificencia, y se oyen y ven los desprendimientos de hielo al ritmo del "guauuuu" cada vez que uno de sus pedazos cae al agua, nos llevaron en un barco a un refugio para prepararnos para comenzar la caminata sobre el glaciar. Allí nos dieron un tiempo para almorzar con el Perito Moreno de fondo, y luego de colocarnos los grampones en los calzados, comenzamos la travesía. Esta caminata realmente vale la pena hacerla. El grado de exigencia no es mucho, sólo un poco de cansancio en las piernas. Al final, los guías nos convidaron con un whisky "on the rocks" sobre el mismo glaciar.
Luego de la excursión volvimos a
El Calafate donde intentamos visitar la Laguna Nimez, ubicada a pocas cuadras
del centro del pueblo. Es una pequeña laguna que linda con el Lago Argentino, donde
se hace avistaje de aves y sale 50 pesos la entrada. Después de ver el glaciar
nada podía sorprendernos, así que preferimos tomar unos tragos frente al lago,
en el happy hour que ofrece el hermoso bar Ananda.
A la mañana siguiente viajamos
rumbo a El Chaltén, pueblo ubicado a 3 hs en micro desde El Calafate, y
conocido como "la capital nacional del trekking".
El chofer del bus (si, acá se
dice bus, no micro ni bondi) hablaba y explicaba todo en inglés a los pasajeros,
cosa que llama la atención viniendo de Buenos Aires, donde apenas te preguntan
"¿cuánto?" si no entendieron el "tres con cincuenta". Acá todo
está al servicio del turista, y se tiene especial consideración por hacer
sentir cómodo al turista extranjero. Todo está perfectamente organizado y
cuidado: los buses, los paseos, los senderos, la atención. Al llegar al Chaltén,
antes de la parada en la terminal, nos hicieron bajar a todos del bus en la oficina de
turismo donde nos explicaron los diversos circuitos para hacer aquí, y nos
dieron un mapa explicativo.
El Chaltén es un pueblo más
pequeño que El Calafate. Su entorno natural es mucho más bello, con la
presencia del cerro Fitz Roy como gran guardián. Los precios son un tanto más
razonables, pero siguen resultando caros para el bolsillo del argentino medio.
Ese día, ya tarde para hacer alguna caminata larga, fuimos al mirador de los
cóndores, un circuito de 1km en subida, donde nos mató el viento y no vimos
ningún cóndor. Sólo tuvimos la primera hermosa vista del Fitz Roy,
que hizo que valiera la pena la subida. De allí fuimos caminando hacia la otra
punta del pueblo para visitar el Chorrillo del Salto, una cascada a 4km del
centro, que no es una visita imperdible pero si se cuenta con tiempo y ganas,
es un lindo paseo, sobre todo por el paisaje que acompaña la caminata. También
hay un sendero de bicicletas para hacer este trayecto.
El primer día de trekking en
serio, optamos por la caminata de 18 km (totales) a la Laguna Torre, llamada
así por el cerro que la corona. El sendero para la misma arranca en el centro
del Chaltén, y la caminata en total con el almuerzo en el medio nos llevó unas
7 hs. Tiene alguna complejidad sobre todo al inicio, porque hay tramos
empinados, pero luego en general no presenta dificultad, salvo por las horas de
caminata que son cansadoras.
El día amaneció feo, pero pronto se puso muy
lindo (aquí el clima es muy cambiante a lo largo del día), así que el sol nos acompañó durante todo el trayecto. La caminata es
verdaderamente hermosa. Se van atravesando cerros y valles, bosques de árboles y
arbustos, hasta llegar a la bellísima laguna donde lamentablemente sólo pudimos
quedarnos unos segundos porque el viento nos partía la cara. Lo más hermoso es
que a lo largo de toda la caminata está como telón de fondo la gran cordillera
nevada, con sus glaciares, su cerro Solo y el cerro Torre, con el glaciar que
sale del medio como si nada bastara para contener todo ese hielo. El
paisaje es una belleza, vale la pena el esfuerzo. El sendero está perfectamente
delimitado, así que no hay riesgo de perderse, salvo que uno se sienta atraído
por tanta naturaleza. Fue un día pleno. Después de ver la laguna, almorzamos en
el camping agreste Agostini, ubicado muy cerca de la laguna, donde tiramos una lona a la orilla del río y nos
comimos unas empanadas traídas desde Chaltén.
Volvimos muertas de cansancio,
pero felices...
Al día siguiente hicimos otro
gran trekking, aún más difícil que el del día anterior: la Laguna de los Tres.
Para conocer esta laguna hay dos opciones. La primera, es caminar por el
sendero del Fitz Roy, que sale del centro del pueblo, hasta el camping
Poincenot, a unos diez kilómetros, y de allí hacer la empinadísima subida
hasta la Laguna de los Tres. Esta subida son dos kilómetros donde se ascienden
700 metros sin descanso, una hora y monedas de caminata en subida sin parar. La
otra opción es llegar al mismo campamento desde la Hostería del Pilar. La
desventaja de esta segunda opción es que hay que pagar 80 pesos una combi
que te lleva hasta esa hostería a unos 30 minutos de viaje, y desde allí
iniciar una caminata de aproximadamente 7km hasta el camping Poincenot. La
ventaja es que el sendero es más sencillo (no tan en subida como el del Fitz
Roy), y uno puede hacer la ida por aquí y la vuelta por el otro sendero, y
tener dos paisajes diferentes para ver. Además, por este camino está el mirador
del glaciar Piedras Blancas que es hermoso, y no se ve por el otro camino. De
los dos kilómetros en subida hasta la Laguna a de los Tres no se zafa. Nosotras
optamos por la opción B.
El camino desde la hostería hasta
Poincenot es relativamente sencillo, aunque cansador, como cualquier camino de
7 kilómetros. Tiene algunas subidas, pero de dificultad media. Lo que realmente
es complicado es el ascenso desde Poincenot hasta la Laguna de los Tres. Ya de
por sí, los guías y guardaparques advierten que es un camino de alta
complejidad, con marcada pendiente y camino inestable, de piedras grandes y
pequeñas. Es recomendable hacerse de algún palito que haga la suerte de bastón,
si no se cuenta con los bastones de trekking (en El Chaltén hay lugares donde
se alquilan). El comienzo es desalentador, porque uno ve a las personas
diminutas en la cima de un cerro al cual se piensa que nunca se va a llegar.
Pero con un poco de esfuerzo, más el aliento que te dan los que van bajando, se
puede, aunque a medio camino uno quiera darse por vencido. Finalmente LLEGAMOS.
Y la verdad que valió la pena no sólo por la felicidad de haberlo logrado, sino
porque lo que se ve desde allí arriba es maravilloso.
Uno se encuentra cara a
cara con el Fitz Roy, sin mediar nada excepto una laguna de un color
fascinante. El paisaje es de una belleza inigualable. Por suerte, a diferencia
de la Laguna Torre, el tiempo nos acompañó y pudimos quedarnos un rato largo
contemplando el paisaje antes de emprender el complicado descenso. Luego, nos
esperaban unos diez kilómetros más de caminata hasta volver al Chaltén. El
camino de regreso es cansador, sumado a que uno ya viene con las piernitas temblando de la
bajada desde la laguna hasta Poincenot, pero es hermoso. Cada tanto uno se da
vuelta para asegurarse que el cerro Fitz Roy con sus glaciares que lo abrazan
siguen allí. En el medio paramos unos minutos a descansar en otra laguna, la
Laguna Capri, muy extensa y con una pequeña playa. Nos dio pena no haber tenido
un mate. Llegamos al Chaltén totalmente agotadas luego de más de nueve horas de
caminata sin parar, pero felices de haber podido hacerla.
El tercer y último día completo
en el Chaltén intentamos hacer otra caminata extensa llamada Lomo del Pliegue
Tumbado (20km totales, con un ascenso de 1000 metros. Según nos dijeron es una
caminata exigente porque es continuamente en subida, si bien ésta no es
empinada). Lamentablemente el cansancio de los días anteriores sumado al calor
que hacía ese día no nos permitió caminar más que diez metros por ese sendero. Sin
mucho más para hacer en los alrededores del Chaltén, caminamos un poco por el
margen del río de las vueltas, almorzamos algo a sus orillas, y decidimos hacer
un paseo hacia el Lago del Desierto (a una hora y media de viaje en bus desde
El Chaltén), para conocer desde allí el glaciar y lago Huemul. Intentamos sacar
pasajes por la empresa más económica, Las Lengas, pero ya se nos había pasado
el horario. Así que contratamos por unos pesos más la excursión con la empresa
Zona Austral, que nos ofrecía un horario que se adaptaba a nuestras
necesidades. El trayecto que une El Chaltén con el Lago del Desierto es de una
geografía espectacular: montañas nevadas, bosques, lagos y cascadas. Lamentablemente
gran parte de este hermoso trayecto está cercado porque es propiedad privada,
como así también lo es el lago y glaciar Huemul (por este motivo hay que pagar
una entrada para acceder al mismo). A
uno se le hace un nudo en la garganta cuando piensa que toda esa belleza de
nuestro país está vendida. Es incomprensible pensar que una persona pueda ser
dueña de un glaciar, una montaña, un lago y un bosque ¿no? Bueno, por más
incomprensible que sea, es así. Y da mucha bronca.
Luego de ingresar a la propiedad
privada que contiene el glaciar y lago Huemul, hay que hacer una pequeña pero
exigente caminata en subida de unos 30/40 minutos, y se llega a las orillas del
lago que enceguece por su brillante color, el cual llena sus heladas aguas con
el deshielo del glaciar que se encuentra por detrás. Luego bajamos y con sólo
cruzar la ruta nos encontramos con el inmenso Lago del Desierto, ícono
histórico y geográfico.
Por la noche, para despedirnos de
este hermoso pueblo patagónico, fuimos a tomar unos tragos a un bar muy bonito, recomendado por una
trabajadora hotelera golondrina del Chaltén: Don Guerra (ubicado frente al hostel donde nos alojamos).
Los últimos dos días los pasamos
nuevamente en El Calafate, donde re-confirmamos que no hay mucho para hacer más
que caminar por su centro, si es que no se tiene programada ninguna excursión.
El Chaltén, en este sentido, ofrece muchas más posibilidades de actividades que
no dependen de la contratación de excursiones. De hecho, todas las caminatas
son gratuitas y se pueden hacer por cuenta propia, sin ningún tipo de
inconveniente.
Las últimas noches, para
descansar un poco antes del regreso, la pasamos en un hotel un poco más bonito, el cual contaba con otros servicios que nos vinieron muy bien para
aplacar un poco el cansancio físico traído desde El Chaltén.
Recomendaciones
El Calafate
- Para más información sobre el Parque Nacional los Glaciares http://www.parquesnacionales.gob.ar
- Para trasladarse desde el aeropuerto de El Calafate al centro no hay transporte público. En el aeropuerto se ofrecen servicios de combis por 90/100 pesos por persona, o bien servicios de taxis.
- El Calafate Hostel. Habitación compartida con baño compartido 150 pesos por persona (con desayuno). Excelente ubicación. Las habitaciones son un tanto pequeñas, pero el baño y los espacios comunes son amplios.
- Empresa de turismo Hielo yAventura, para trekking en el glaciar Perito Moreno. Muy buen servicio.
- Bar Ananda. Ubicado frente a la entrada a la Laguna Nimez. Ofrece una vista hermosa del Lago Argentino, acompañada por ricos tragos, un ambiente genial y una cálida atención.
- Restaurante Isabel “Cocina al disco”. Gobernador Moyano esquina 25 de Mayo (justo al lado de El Calafate Hostel). Precios razonables y comida muy sabrosa y abundante. Si se viaja en temporada conviene reservar porque siempre está lleno de gente.
- Hotel Kalenshen. 605 pesos la
habitación doble por noche (con desayuno buffet). Cuenta con pileta
climatizada, sauna, y servicios de spa. Las habitaciones son amplias y muy
lindas. Está ubicado a 1.5/2km aproximadamente del centro de la ciudad.
El Chaltén
- Para todos los trekkings en El Chaltén es
importante proveerse de todo lo necesario (comida, agua, etc.) antes de
arrancar la caminata, ya que los senderos están dentro del Parque Nacional los
Glaciares, y al interior del mismo no hay nada (sólo algún baño público a lo
largo de todo el camino, y en los campings agrestes). Es recomendable también
vestirse cual cebolla (porque uno se abriga y desabriga todo el tiempo), como
así también llevar calzado cómodo, protector solar, y alguna bolsita para los residuos, ya que los
mismos tienen que volver con uno.
- Empresa Caltur. Trayecto El Calafate – El Chaltén. Ofrece varios servicios diarios. El pasaje ida y vuelta cuesta 550 pesos. Si uno opta por alojarse en el Hostel Pioneros del Valle, el micro los deja allí porque pertenecen a la misma empresa.
- Hostel Pioneros del Valle. Habitación compartida con baño dentro de la habitación 150 pesos por persona. Habitación doble con baño privado 600 pesos la habitación (en ambos casos sin desayuno). Tanto las habitaciones como las instalaciones comunes del hostel son excelentes. Espacios amplios, limpios y muy bien organizados.
- Hostal La Senda. Av. San Martín 820. 500 pesos la habitación doble con baño privado. Pasamos aquí la primera noche ya que en el Hostel Pioneros del Valle no había disponibilidad. Fue muy difícil encontrarlo ya que parece un galpón en construcción. Luego de varias vueltas dimos con él. Pese a su aspecto por fuera, las habitaciones son limpias y cómodas, y sirven un rico desayuno.
- Transporte Las Lengas. Cubre el trayecto desde el centro del Chaltén hasta la Hostería del Pilar, para comenzar la caminata hasta la Laguna de los Tres (80 pesos por persona, se puede contratar desde el alojamiento en el que se esté y te pasan a buscar, o bien desde la terminal). Esta empresa también cubre el trayecto ida/vuelta al Lago del Desierto (200 pesos el viaje completo) pero con dos salidas diarias (la última al mediodía). La entrada para el glaciar Huemul se paga aparte y sale 100 pesos (aunque se puede negociar por 80 pesos).
- Empresa de turismo Zona Austral. Tiene horarios por la mañana y por la tarde para conocer el Lago del Desierto y el Glaciar y lago Huemul. Cuesta 340 pesos el traslado ida y vuelta hasta el Lago del Desierto, con dos horas de espera y la entrada para visitar el glaciar Huemul incluída.
- Restaurante Benjamín´s (ubicado apenas finaliza el boulevard de entrada al pueblo y comienza la calle principal San Martín). Excelente comida y precios. Ideal para comprar comida para llevar.